El Jamón Ibérico y el informe de la OMS

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Llevamos varios días con un revuelo importante con el informe de la Organización Mundial de la Salud sobre los productos cárnicos y sus consecuencias para el cáncer de colon.

En cuanto al tema que nos toca a nosotros, que es el jamón ibérico, hemos estado investigando para dar solución a nuestros clientes y poder contestarle de la manera más eficaz y clara posible.

Y para acercaros esta información de que pasa con nuestro famoso jamón ibérico, os vamos a dejar aquí un articulo realizado por el mundo el día 27 de Octubre.

jamon + OMSEl jamón ibérico, también forma parte de ese grupo de carnes procesadas que, según el anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), deberían consumirse de forma moderada y ocasional, en vista de los estudios que concluyen su probable asociación con el cáncer de colon. Sin embargo, las grasas del cerdo ibérico no son las mismas que las de animales como la ternera o el cordero.
Como expone Emilio Martínez de Victoria, catedrático del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Granada, «la grasa de animales rumiantes (como la vaca) es mucho más rica en ácidos grasos saturados que la de los cerdos en general«. La diferencia se nota aún más si se compara con los ibéricos, con alimentación especial, por ejemplo, la bellota. Estos, si además «son montaneros, es decir, que caminan mucho, tienen mucha menos grasa y más músculo».

Partiendo de esta base, y sin olvidar que es carne procesada, el jamón «se puede consumir en pequeñas cantidades entre dos y tres veces por semana», señala Martínez de Victoria. En cuanto a la carne roja y procesada, aclara el experto, «debería ingerirse una o dos veces cada siete días y en raciones moderadas, de no más de 125 gramos». Esta pauta es una recomendación dietética internacional que se emite desde hace años. Sin embargo, el consumo de carne en España, así como en el resto de países occidentales continúa siendo alto. «Sus dietas son hiperproteícas», resalta Miguel Ángel Martínez Olmos, especialista en Endocrinología y Nutrición e investigador del Ciberobn (Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición).

Otra de las ventajas que ofrece el consumo del jamón ibérico es que no necesita cocinarse. Al calentar la carne roja y la procesada, «se queman sus proteínas y se producen unos compuestos llamados nitrosaminas, que son cancerígenos», argumenta el catedrático. Sobre todo, cuando se cocina a la brasa, al hacer barbacoas, donde se establece contacto directo con el calor.

En definitiva, el jamón ibérico tiene su propio apartado dentro del grupo de las carnes procesadas. De hecho, hay varios estudios que apuntan sus beneficios en la salud cardiovascular. Concretamente, dos realizados en el Hospital Universitario Ramón y Cajal y publicados a principios de este año demostraban que el consumo moderado del jamón ibérico de cebo y de bellota mejora los vasos sanguíneos y la tensión arterial.

Al parecer, la calidad importa. Según las conclusiones de dichas investigaciones, estas variedades de jamón, además de contener buenas proteínas y ser ricas en minerales y vitaminas liposolubles, tienen un elevado contenido en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico, principal componente del aceite de oliva), así como una riqueza en polifenoles que actúan como potentes antioxidantes.

Precisamente porque el jamón ibérico de recebo y el de bellota contienen alta cantidad de ácidos grasos monoinsaturados, subraya Martínez de Victoria, «presenta un perfil lipídico más saludable, muy parecido al del aceite de oliva. De ahí que se le conozca como el olivo con patas«.

De la misma opinión es el investigador del Ciberobn, quien destaca que «el jamón ibérico no está sometido a ningún proceso industrial y tampoco lleva aditivos«, como los que generalmente se usan en las carnes procesadas, tales como colorantes, nitratos o almidones (para dar forma). Al igual que ocurre con la bollería industrial, la natural es más saludable. «Cuanto más artificial sea el producto, mayor riesgo para la salud y cuanto más natural, más seguridad alimentaria», agrega este experto.

Ambos tipos de jamón mostraron en las investigaciones del Hospital Ramón y Cajal una mejora de la función endotelial (mejor en el caso del jamón de bellota, por tener más polifenoles, antioxidantes y antiinflamatorios a nivel vascular), ninguno produjo ganancia de peso ni modificó el perfil lipídico, ni siquiera el de los triglicéridos (que es el que incrementa con el consumo del embutido) y se comportaron como «reductores de la tensión arterial» a pesar de tratarse de alimentos ricos en sodio. El descenso tensional sería atribuible a la mejora del funcionamiento endotelial.

En definitiva comer jamón Iberico es muy saludable, siempre y cuando sea consumido de forma modera, `y mejor todavía cuanto mayor calidad tenga este. Desde Distribuciones Gordito os animamos a acercaros a nuestra tienda que tenemos una oferta en paleta y jamón ibérico de bellota inigualable.

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